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Parasite

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Primero debes haber visto la película antes de leerme.

Contiene spoilers*

 

Desde el momento en que comienza la primera escena, con un plano de cámara bajando por una ventana, un par de metros bajo el nivel de la calle, se puede intuir que esta peli estaría llena de símbolos y metáforas, la capacidad de Bong Joon-ho para llevarte por la narrativa o explicarte todo un plan para sacar a la niñera de su puesto, en una serie de cortes en secuencia como por cinco minutos y de fondo una pieza clásica de Handel, es demasiado brillante.

Parasite no trata el mismo argumento de siempre de acrecentar la brecha de clases haciéndole ver al pobre como héroe y al rico como villano, esto simplemente no pasará, porque cuando estás dispuesto a empatizar con alguien Joon-ho tira abajo tus esperanzas. La narrativa es presentada con tanta ambigüedad que hará dudar desde el más progre hasta al más facho, la línea del bien y el mal es demasiado difusa porque poco a poco entenderás los defectos de cada uno de los personajes.

Joon-ho construye de tal modo los sets que comprendes íntimamente la estructura de clase de las dos familias, poniendo a la ventana como un elemento en común desde el cual ven al mundo, o a la luz del sol como símbolo de bienestar.

Empieza con una familia pobre desempleada, tratando de robar alguna red de wifi en su casa, la que paradójicamente tiene su lugar más alto en el retrete de un baño y es ahí donde encuentran conectarse. Es evidente ver como esta familia no mueve un pie para salir de su miseria, al contrario, ven al mundo de una manera torcida sin ninguna moral altiva que ponga un freno a su conducta, buscando siempre el atajo más seguro para lograr sus objetivos, un ejemplo de esto es el poner a su hija en la posición de genio por falsificar documentos a la perfección y con estos, su hermano, ir a su entrevista de trabajo sin antes decirle que está muy orgulloso de él.

Aquí Bong juega con las realidades de la tecnología, la falsedad de las redes sociales, que crean personajes perfectos y maravilloso pero ficticios finalmente.

 

Ki-woo (hijo): ¿Qué le hiciste a esa mujer ayer?
Ki-jung(hija) : ¿Qué?
Ki-woo: Estaba enloqueciendo. Estaba muy alterada, la pusiste en estado de conmoción.
Ki-jung: Mierda. ¡No lo sé! Busqué en Google «terapia del arte» e improvisé el resto. Y de repente estaba llorando. Perra loca, no podía creerlo.

 

La izquierda muchas veces puede jugar con este argumento utilizándolo para generar ruido, omitiendo una de las realidades más ontológicas que pudimos descubrir del funcionamiento de la vida, toda acción beneficiosa o trascendental para nuestra existencia requiere de sacrificio, es como que necesariamente debas pagar un tributo a la existencia, un coste por hacer algo mejor. No todo es gratis.

Dicho de otro modo, si queremos una relación de apoyo y equilibrada, el costo es enfrentarnos con nuestras falencias personales para poder, al fin, vincularnos con el otro, si queremos hijos sanos psicológicamente hablando, el coste será reconocer que lo estamos haciendo mal y enfrentarnos con lo desconocido, sanar nuestras heridas y no prolongarlas con nuestra descendencia, tienes que hacer de ellos individuos responsables, capaces de actuar con responsabilidad y empatía, autónomos, preparados para cuidar enteramente de ellos.

Aquí me gustaría señalar lo que para mí es el aspecto más importante de la película y es el resentimiento, una emoción que puede mostrar las dimensiones reales de tu oscuridad, revelando tu inmadurez o entender que estas siendo empujado de tal manera que podrás verte oprimido. Y es aquí donde todo se puede tornar muy oscuro, porque si no se logra integrar este aspecto puedes llegar a ser muy peligroso.

Decides dejar de ser una víctima, asumes el sufrimiento, la vulnerabilidad y la tragedia del ser con responsabilidad, entonces te conviertes en un ente de solución potencial te planteas objetivos y mientras más complejos sean más significativa será tu vida.

Y esto es algo que no pudo hacer esta familia, el entender sus conductas echando a perder su destino, a pesar de ya haber engañado a la familia rica, tener un sueldo lucrativo, siendo tratados con amabilidad y respeto, no salen de su podredumbre, de hecho se plantean mudarse y vivir en otro lado, pero no lo hacen, y así estando en el pináculo de su plan, la historia da un giro excepcional, nos enteramos que la criada anterior convivía con su esposo en las profundidades de la mansión escondidos, en la sombra. Y la historia se da la vuelta de una forma tan metafórica y bella, la familia ahora rica decide ocultar con crueldad a esa pareja para que no se revele su patológico plan, aquí hay una pregunta que le hace este jefe de familia a la persona del sótano ¿por qué vives aquí abajo? Nótese la ironía de su pregunta.

El plan va cayendo, se esconden como cucarachas debajo de una mesa y podemos ver que los burgueses no ven hacia abajo, de hecho los impostores pasan desapercibidos, hablan del olor de la pobreza, la desprecian, el resentimiento de Ki-taek crece, acto seguido llueve a cantaros, el niño burgués, decide acampar en el patio con una carpa diminuta “made in usa”, la familia impostora logra salir y comienza una de las narrativas más mencionadas en los cuentos e historias de la humanidad, el viaje al inframundo, el viaje al fondo de la bestia, Bong representa magníficamente a los Ki bajando en un interminable descenso trágico, podemos sentir la desesperación de la lluvia purificadora que no para, ni tampoco los escalones, los pasajes, las calles.

Si bien puede estar representando la crítica social dispar y abismal de clases, visto desde lo psicológico, es el sumergirnos en el abismo voluntariamente, codearnos con nuestros demonios, aprender del caos que hemos creado, cuestionarnos y rectificarnos, de hecho, Ki-jung es la única que llega a cuestionar el plan y aceptar que la cagaron, pero su padre insiste en que tiene un plan.

Llega a su casa/sótano y está inundada, su barrio está destruido por la lluvia, quieren recuperar lo poco que les queda sin éxito. El nihilismo y cinismo del padre de familia está sin control y lo expresa asi: ¿sabes qué tipo de plan nunca falla? Ningún plan. Ningún plan. ¿Sabes por qué? Si haces un plan, la vida nunca funciona así. Mira a nuestro alrededor. ¿Acaso pensaron esta gente en, «Pasemos la noche en un gimnasio»? Pero mira ahora. Todos están durmiendo en el suelo, nosotros incluidos. Por eso la gente no debe hacer planes. Sin un plan, nada puede salir mal. Y si algo se sale de control, no importa. Ya sea que mates a alguien o traiciones a tu país. Nada de eso importa. ¿Entiendes?

 Finalmente, la tormenta destruyó todo a su paso “abajo”, pero para el niño burgués fue una linda noche de lluvia en su jardín.

Para finalizar el resentimiento la lucha por el poder, la venganza y la envidia ganan, y terminan trágicamente con la muerte de la hija pobre y el padre adinerado.

Quisiera extenderme mucho más acerca del final excelentemente inesperado, pero esto te lo dejo a ti.

 

Dong-ik: No lo sé. Es difícil describirlo. Pero a veces lo hueles en el metro. -Hace años que no tomo el metro. – La gente que viaja en metro tiene un olor especial.

 

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